sábado, 10 de octubre de 2020

El principio de la transposición


El alcalde de Leganés, Santiago Llorente, ha traspasado esta semana la línea roja que transgreden los políticos para poner en tela de juicio la profesionalidad e independencia de los medios de comunicación locales. 
Poquita cosa teniendo en cuenta que el vicepresidente del Gobierno de la nación, Pablo Iglesias, manifestaba hace unas semanas abiertamente la necesidad de “naturalizar el insulto” en las redes sociales cuando sus propias hordas se lanzaban a denigrar la profesión periodística en beneficio propio.

Esto es algo que también sucede en Leganés. Los tenemos fichados y pagarán sus fechorías. Cargos públicos que se dedican a envenenar las redes para defender su día 28 de cada mes, ese marcado en rojo en el que reciben la transferencia bancaria y que solo se ve amenazado por incómodos plumillas que se atreven a indagar en sus miserias.

En cualquier caso, aceptamos el reto. El primer edil tiene todo su derecho a criticar a aquellos medios o profesionales que según él no desempeñarían su labor conforme a un código deontológico innegociable. Pero sin duda no es el caso. A Santi le molesta aquella prensa que no le baila el agua. Le importunan esos directores que no le invitan a comer o aquellos a los que no controla o ya no necesita para mantener su cuota mayoritaria de poder en el chiringuito socialista. 

Porque Santi es y ha sido eso: utiliza a la prensa, a sus concejales, a sus afiliados, a la oposición… y siempre en beneficio propio y de la cuchipandi que sostiene a los indios controlados a base de cuotas pagadas y vinos fresquitos. Y todos ellos se retroalimentan. Este artículo rulará por los grupos de wasap socialistas como ríos de pólvora y más de uno intentará ser el primero en enviárselo al Jefe para mantener su cupo de falsa lealtad. 

Nos hacemos mayores… todos. Santi ya no es aquel estratega político capaz de controlar la actualidad local gracias a interesadas filtraciones a periodistas que ahora intentar emponzoñar. Llorente se ha convertido en un vocero resentido que desde el púlpito plenario o a título privado siembra su rencor perseguido por sus pecados.  La boca también le pierde, y ese es el más terrible de los defectos para un hombre con responsabilidad, aunque poco responsable.

Quizá su único mérito actual sea acaso guardar algún paralelismo con el principio de la transposición y aquello de cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. Dudoso honor, en cualquier caso, teniendo en cuenta quién y para qué se creó tal precepto.

El futuro nos espera a todos, pero el pasado nos persigue y algunos incluso lo graban. Salud.

domingo, 10 de mayo de 2020

La bisagra de Girauta

“No trabajamos tanto para construir una bisagra. Acabo de comunicar formalmente mi baja como afiliado a Ciudadanos”. Así se despedía la pasada semana del partido Ciudadanos su ex Portavoz en el Congreso de los Diputados, Juan Carlos Girauta.
Curioso tweet de uno de los políticos (ya ex) más seguido y comentado en redes sociales de nuestro país, teniendo en cuenta el detonante de su abandono: “construir una bisagra”. Dígame, señor Girauta, si no es eso mismo su ex partido, una bisagra política.
Quizá en Leganés haya superado el anclaje lateral para convertirse directamente en la palanca que abre y sostiene el Gobierno socialista por segunda legislatura consecutiva. Una posición muy atractiva para todo aquel que desea vivir de la política municipal.
Por ello, la trayectoria del partido naranja en nuestra ciudad ha estado repleta -desde su origen- de todo tipo de intrigas y puñaladas con el único fin de aferrarse a los cuatro o cinco puestos que su estratégica posición en el Pleno municipal concede a unos pocos elegidos.
La primera experiencia de Ciudadanos Leganés estuvo capitaneada por Jorge Pérez. Vecino de la ciudad, con nula experiencia política, Pérez padeció desde el minuto uno los ataques del fuego amigo que acabaron con un expediente de expulsión promovido desde dentro y amparado por Madrid.
Pérez fue carne de cañón en los medios de comunicación que se prestaron a disparar toda la munición naranja que dieron al traste con su carrera política. No contaba la dirección regional de Ciudadanos con que su ex portavoz se iba a aferrar al acta de concejal hasta el último respiro.
Cometió Ciudadanos un grave error estratégico: comunicar la expulsión de Pérez al alcalde de Leganés, Santiago Llorente, antes que al propio afectado. El regidor  socialista se frotó las manos cuando echó cuentas y descubrió que acogiendo al futuro concejal No Adscrito en su regazo, disipaba de un plumazo cualquier atisbo de moción de censura por la derecha (6 ULEG, 6 PP y ya solo 1 concejal de Ciudadanos).
Siempre sale más barato un pacto con un edil díscolo que con un Grupo municipal con representación regional y nacional. Así que Pérez selló un acuerdo de mínimos con Llorente para levantar la mano en todos y cada uno de los Plenos donde su voto fuera necesario. Las cláusulas del contrato permítanme que las mantenga dentro de un cajón.
Jorge Pérez fue expulsado junto a la Coordinadora del Grupo y tesorera del partido, Gema Martín, que acabó siendo sustituida por el actual Portavoz naranja en Leganés, Enrique Morago.
El futuro líder venía de lapidar al partido UPYD en Valdemoro, su ciudad de origen, donde apenas consiguió 1.000 votos en las elecciones municipales de 2015. Un sonoro fracaso político que le llevó a dejar la formación magenta para buscar acomodo en Ciudadanos.
Pronto descubrió Morago que Leganés era una plaza atractiva para hacerse hueco y engrasar la bisagra que habían perdido por un bisoño error de cálculo. Así que primero opto por “asesorar” desde fuera al Grupo en Leganés, pero lo que pocos sabían es que estaba labrando su puesto de trabajo en la política local, uno más.
Ya desde el Grupo municipal consiguió armar una lista electoral para los comicios locales de 2019 con escasa representación pepinera. Quedaba muy feo apartar al por entonces portavoz José Manuel Egea y colocar a alguien de fuera de Leganés. Los votantes de la ciudad podrían no entenderlo y no era tiempo de experimentos.
Por eso optaron por mantener y designar como candidato a Egea, siempre teniendo en cuenta que la hoja de ruta pasaba porque Morago asumiese más pronto que tarde la Portavocía del Grupo municipal. Ciudadanos obtuvo tres concejales que, contra todo pronóstico, concedieron su apoyo al candidato del PSOE en el Pleno de investidura.
A cambio pidieron poca cosa, las gerencias de las empresas públicas. Ahora solo les queda una,  la que más pita. Por cierto, agárrense a los cinturones porque con EMSULE habrá Rock and Roll.
La bisagra había comenzado a engrasar de nuevo, pero aún tenían que consumar el plan interno de pilotar la nave en solitario. Antes, hubo que salvar el imprevisto de la marcha de la número 3, Begoña Cortés Ruiz, al Gobierno de la Comunidad de Madrid. El acta lo asumió la actual concejal María del Pilar Cano Bueno, una de los pocos miembros de la candidatura con afinidad personal con José Manuel Egea.
El partido consiguió “convencer” a la nueva edil de lo positivo que sería para casi todos el relevo del compañero Egea y dejar paso a Morago, el delfín del aparato. El asunto tuvo derivadas políticas y personales que aún colean. 
A partir de aquí, la historia se la saben. Un apoyo desmedido al Gobierno local que genera aquello de… “no es por qué, sino por cuánto”.  La respuesta la dejamos para la próxima.
(CONTINUARÁ)

martes, 28 de abril de 2020

Con música venceremos

La lucha del colectivo de familias de la Escuela Conservatorio de Leganés se ha convertido en el fenómeno social de la ciudad de los últimos meses. Su tenacidad -propia del ADN pepinero- recuerda a otras batallas sociales libradas en Leganés,  algunas lejanas y otras no tanto, que agitan nuestras conciencias y sacuden la  pasividad de la clase política local.

La música es el arte de organizar de forma sensible y lógica una combinación coherente de sonidos y silencios respetando la melodía, la armonía y el ritmo. Toda esa agudeza sensorial se ha dado de bruces en Leganés con el estruendo burocrático y la incapacidad de una administración limitada en solvencia, capacidad, recursos e iniciativa.

Y es esa desidia colectiva la que lleva a la desesperación a más de 800 familias de Leganés, cuyo único objetivo es una obviedad: que sus hijos reciban clases.

Esta simpleza no se cumple en una u otra medida desde hace varios años, pero este curso lectivo, la situación se ha visto agravada hasta el punto de que son más de 200 alumnos los afectados en algún modo por la falta de profesores en varias disciplinas.

A la escasez de personal docente debemos sumar becas para el alumnado que no se conceden, cancelación del servicio de mantenimiento y transporte de instrumentos y un vacío de Dirección de la Escuela Conservatorio que ha llevado a la deriva a una entidad que, a punto de celebrar su 50 cumpleaños, vive los peores momentos de su historia.

Para llegar a este punto partimos de un concierto público entre la administración regional y local, solapado por una impertinente ambigüedad administrativa.

Mientras la Escuela de Música (que imparte educación no reglada) es de titularidad municipal, la gestión de la Escuela Conservatorio de Leganés pertenece al sistema educativo de la Comunidad de Madrid como enseñanza reglada, pero es responsabilidad del Ayuntamiento el personal docente, la sede del edificio, los materiales y la ejecución de actividades. Un modelo similar al de Alcorcón o Móstoles, donde el “invento” funciona.

Pero claro, esto es Leganés, y topamos con un iceberg administrativo que lo para todo. Bueno, casi todo: el pago de nóminas de concejales y cargos de confianza se paga sí o sí, con reparo de Intervención incluido.

Y claro, todo eso me suena a mediocre excusa, y me temo que al AMPA de la Escuela Conservatorio también.  Un pretexto que este equipo de Gobierno verbaliza hasta la saciedad, como un mantra sagrado que les libra de toda responsabilidad y lanzan a los cuatro vientos para tratar de ocultar su pasividad o incapacidad según el caso.

Contratar a profesores es competencia municipal. Sustituir bajas laborales, por supuesto. Mantener los instrumentos, garantizar su traslado, organizar actividades, garantizar la enseñanza durante la crisis sanitaria…. Todo eso también. Y nada se cumple y mucho me temo que no se cumplirá.

Los expedientes que regulan la contratación de profesores van y vienen desde la Delegación de Cultura del Ayuntamiento hasta la de Recursos Humanos, sin encontrar un técnico municipal que arme los informes y aún menos una directriz política que regule el desconcierto.

Mientras, gran parte de los alumnos de la Rodriguez Sales reciben evaluaciones con asignaturas sin calificar, algunos desconocen si podrán pasar de curso, muchos otros temen que no obtendrán la calificación necesaria para acceder de la Escuela al Conservatorio, para trasladar su expediente a otro centro, etc, etc, etc.
Imagen: LEGANEWS 

Un dislate educativo que juega con la sensibilidad musical, artística y personal, y  que tristemente abocará a algunos de estos jóvenes a arrojar la toalla y dejar la música.

La lucha ha sido dura, deteniendo desde la cordura una falsa consulta popular o  protagonizando un encierro durante varias semanas que solo el Estado de alarma pudo cancelar. Den por hecho que el futuro augura aún muchos más movimientos reivindicativos

Como no hay mal que por bien no venga, en este caos gubernativo ha nacido una corriente cultural, familiar, vecinal, repleta de sentimiento solidario, de lucha colectiva, de voracidad informativa, capaz de hacer frente con sus trompetas, violas, saxos y clarinetes a todo un ejército de gigantes de traje y corbata incapaces de escuchar la melodía del pueblo de Leganés.

Sigan componiendo, por favor: ¡Con música venceremos!

domingo, 26 de abril de 2020

Santiago Llorente, el político

Es vital conocer de dónde venimos para entender hacia dónde caminamos. 25 años narrando la actualidad política y social de Leganés nos concede ese privilegio y nos obliga a ser consecuentes con información y opinión. 
Leganés Actualidad es la sección que desgranará periódicamente en este espacio -y en próximos proyectos-, los perfiles políticos, personales y profesionales de personajes, partidos políticos, entidades y empresas de los que depende el futuro de Leganés. COMENZAMOS.
Santiago Llorente Gutiérrez, alcalde de Leganés, habla en primera persona en el portal de transparencia de la Web municipal:
“Durante los últimos 4 años he sido Alcalde de Leganés, antes he trabajado como asesor fiscal de PYMES y consultor en proyectos de innovación. También he trabajado como profesor de economía de la Universidad Carlos III de Madrid en las asignaturas de Economía Pública II y Temas de intervención pública”.
En su curriculum debiera señalar que comenzó su andadura como concejal en el Ayuntamiento en 1999, si bien milita activamente en el PSOE desde diez años antes. Nacido el 25 de julio de 1969,  casado y padre de dos hijos, Llorente es Santi para casi todos los que le conocen.
Su bagaje profesional se centra en la política. Ese corto periodo como asesor fiscal –legislatura 20011-2015- ha sido su única derrota en una carrera ligada estrechamente a la Agrupación Socialista de Leganés.
Concejalías PSOE 1999
Destacado discípulo del ex alcalde José Luis Pérez Ráez (1991-2007), ya en su primera legislatura ocupó las delegaciones de Presidencia, Cooperación para el Desarrollo, Régimen Interior y Seguridad Ciudadana. En esa época, la prensa le apodábamos el "Superconcejal", por su capacidad para asumir competencias, siempre amparada en la confianza del regidor.
Su ascenso meteórico le llevó a cometer la imprudencia de “recomendar” a Pérez Ráez que dimitiera la misma noche electoral del 25 de mayo de 2003.
Entendía Llorente y su compañero y amigo Javier Márquez (actual Concejal Delegado de Obras y Presidente de EMSULE), que los resultados electorales (11 concejales y cerca de 1.000 votos menos que el PP, por primera vez ganador de los comicios locales) era motivo más que suficiente para que el regidor dejara su cargo y diera paso a los cachorros de la calle El Charco, liderados por el propio Llorente.
Concejales PSOE Leganés 1999
No coló y el alcalde no perdonó. Santi quedó fuera del núcleo de poder de ese Gobierno que –paradojas del destino- propuso a escasos meses del fin de la legislatura, en el año 2007, la revisión del mismo Plan General que esta semana pretendía promover en El Pleno de la Vergüenza.

No le fue mal a Santi. Ser el concejal díscolo le “salvó” de acudir a la fatídica Junta de Gobierno de mayo de 2007, aquella donde se  aprobó el pago de 101.478 euros a la empresa Cuadrifolio. Un pago vinculado también a este “maldito” PGOU.
Corporación local año 2003
Ese acto derivó en la imputación por prevaricación administrativa a José Luis Pérez Ráez y siete concejales de ese equipo de Gobierno. La causa se archivó siete años más tarde.

El alcalde socialista desde 1991 se apartó y pactó por arriba su relevo: Rafael Gómez Montoya (íntimo adversario de Santi) y candidato oficial de la corriente simanquista del Partido Socialista de Madrid, era el elegido.
Todo se apañó con Rafa como candidato local, Pérez-Ráez consiguió un retiro dorado en la Asamblea de Madrid, y Santiago Llorente tuvo que conformarse con un invento local llamado Delegación de Movilidad. Le mandaron a contar bicis. 
Era consciente de que había perdido esta batalla, y tocaba rearmase en los cuarteles de invierno apoyado por sus incondicionales Javi Márquez (consiguió un puesto en el Gobierno local de Alcorcón) y Pascual Castrillo, trabajador de EMSULE y sempiterno Secretario de Organización de la Agrupación Socialista de Leganés. “Pascu” presume de tener las llaves del partido y plena capacidad y control sobre los “indios”, como les gusta llamar a los afiliados.  
El triunvirato mulliría el retorno de Santi a la primera fila de la política local, si bien antes tuvieron que lanzar a un delfín llamado Laura Oliva, que vino a liderar el aparato durante dos ejercicios, coincidiendo con la legislatura en la que Montoya fue alcalde. Ya apuntaba maneras la actual concejal Delegada de Urbanismo, que tuvo sonoros encontronazos con Rafa en esa etapa.
En 2011, Montoya  repitió y Oliva marcha a la Asamblea de Madrid  como diputada regional. Llorente quedó fuera de todo cargo público durante esos cuatro años  en los que el Partido Popular gobernó en Leganés, pero aprovechó su tiempo en recuperar el control del aparato, algo que finalmente logró en abril de 2012.
Desde ese momento, se centró en rescatar la Agrupación Socialista, sabedor de que ese era el pasaporte para su regreso. Así fue, su estrategia se cumplió ejecutando un golpe maestro para derrotar contra todo pronóstico a Rafael Gómez Montoya en las Primarias socialistas de octubre de 2014.
Emulando El Arte de la Guerra de Sun Tzu, dejaron que Gómez Montoya y los suyos se confiasen tras la recogida de avales, donde los llorentistas simularon ser menos de los que realmente acabarían depositando su papeleta en la urna.
La historia, a partir de aquí, se la saben. Alcalde de Leganés en 2015 a pesar de conseguir  los peores resultados de la historia del PSOE en la ciudad. Ser la lista más votada le otorgó el bastón de mando para gobernar su ciudad con tan sólo seis concejales. Una legislatura en minoría que le curte en lo político y en lo personal.
En 2019 repite candidatura y victoria, esta vez sumando diez ediles. Si bien conseguiría el bastón de mando teniendo en cuenta su triunfo electoral, el apoyo público de Más Madrid Leganemos y la imposibilidad de sumar catorce votos por la derecha. 
Sin embargo, el imprevisto apoyo a su investidura por parte de los tres concejales de Ciudadanos, concediéndole mayoría absoluta plenaria, dio el pistoletazo de salida a una legislatura que sigue marcada por un respaldo nada casual.
(CONTINUARÁ)
Documentación: Archivo municipal, Informativo Leganés, EL BUZÓN de Leganés, Boletín municipal, Revista La Plaza, Leganés AL DÍA y La Ciudad Parece un Mundo.

domingo, 19 de abril de 2020

¿Por qué? ¿Por cuánto?

Leganés tiene estas cosas. En pleno estado de alarma donde lo prioritario es la emergencia sanitaria, salvar vidas, ayudar a los más necesitados y prepararnos para lo que viene… el Gobierno local entiende que no es mal momento para seguir avanzando en el asunto del ladrillo.
Así que va el alcalde de Leganés, el socialista Santiago Llorente, y propone incluir en el orden del día del primer Pleno telemático en la historia de la democracia leganense el siguiente punto: “EXPEDIENTE DE MODIFICACIÓN PRESUPUESTARIA 14/2020 POR GENERACIÓN DE CRÉDITO, MODIFICACIÓN DEL ANEXO DE INVERSIONES Y DECLARACIÓN DE INTERÉS SOCIAL PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN URBANA”.
Es un secreto a voces en el entorno de La Roca que, de un modo u otro, el regidor tiene en la carpeta azul la revisión del Plan General, y que la mercantil Delfos Proyectos S.L., -que ya elaboró un proyecto de revisión en el año 2007- estaría a punto de entrar en juego. De ahí a meterlo con calzador en un Pleno de emergencia, media un abismo.
Todo ello, sin hablar del montante económico que la revisión y redacción del nuevo Plan supondría. Hace doce años, todo se apañaba con unos 330.000 euros, ahora parece que se nos va al medio millón. 
Sin hablar de la intentona allá por el mes de septiembre de 2018. En esa ocasión lo colaron en el Consejo de Administración de EMSULE, y el presupuesto se quedaba en 54.000 euros. En esa ocasión, el asunto lo "paró" Leganemos, por entonces en la oposición. ¡Qué cosas tiene la política!.
 Ya ven que aquí lo que sobra es el dinero. Pero hombre, ahora no toca.
Fuente: Ciudadanos Por El Cambio



Por eso, uno tiene la sensación de que el objetivo de este dislate político no es otro que hacerlo saltar por los aires… y meter otro problema en el cajón. Si sale adelante bien, pero si no es posible, no será culpa mía. Una cosa menos.
Este Pleno trampa servirá para que la empresa pública de comunicación (Lgmedios) –actualmente sin capacidad financiera para pagar las nóminas de sus trabajadores- reciba una inyección económica que debiera tener en la cuenta bancaria desde hace meses. No hacer los deberes a tiempo tiene estas cosas.
¡Ah!, El Ayuntamiento de Leganés posee otro ente público, la Empresa municipal del Suelo y la Vivienda, compañía que merece estudio aparte: cero iniciativas sociales en estado de emergencia social, nulas inversiones. EMSULE tampoco toca ahora, pero ya les avanzo que las cuentas de 2019 apuntan una vez más a sus cargos directivos.
La ocurrencia plenaria nos evita hablar de una gestión municipal sonrojante, que 35 días después de la declaración del estado de alarma ha sido incapaz de promover una propuesta real de apoyo desde la administración local para los centenares de pymes y autónomos de la ciudad, que serán los grandes damnificados de la feroz crisis económica que nos acecha. 
El pequeño comercio agoniza y ya vamos tarde, como casi siempre.

Eso sí, todo lo que tiene que ver con los medios de comunicación, provoca en la clase política pepinera un resorte vital capaz de despertar del letargo político a los ediles más gandules de la Corporación.  
Vincular una partida presupuestaria destinada a publicidad institucional con el dolor de los centenares de vecinos y familias de la ciudad que están padeciendo esta severa crisis, es muy ruin. En Leganés, la mezquindad política viste de color naranja y sirve de muleta al Gobierno socialista.

Por si no lo han leído, el Real Decreto 463/2020 de fecha 14 de marzo, por el que se declara el Estado de Alarma establece en su Artículo 19 que "los medios de comunicación social de titularidad pública y privada quedan obligados a la inserción de mensajes, anuncios y comunicaciones que las autoridades competentes delegadas, así como las administraciones autonómicas y locales, consideren necesario emitir".

Y es que, mientras quieren dar lecciones de honestidad en redes, intentando señalar a la prensa crítica con su servil estrategia, sus tres concejales calientan el brazo para dar el apoyo a este PSOE que prioriza el ladrillo durante un estado de emergencia. ¿Por qué? ¿Por cuánto?...

jueves, 9 de abril de 2020

Suerte

Fin de la tregua. El video elaborado y difundido por Unión por Leganés (ULEG) donde su portavoz, Carlos Delgado, donde acusa al Gobierno local de ignorar una oferta de test COVID-19 de una empresa ubicada en Leganés Tecnológico, ha destapado la caja de los truenos.
Los detalles no son ni medio importantes, pero la consecuencia es esa. Y en este barro mediático vuelven a meternos con más o menos buenos modales a todos aquellos que nos dedicamos a contar noticias… cada uno como quiere, puede o le dejan.
Leganés lleva con resignación la losa de ser, junto a la capital y Alcalá de Henares, los municipios más golpeados por la incidencia del Coronavirus. Y en este último mes de encomiable trabajo, la buena noticia es la reacción de todos y cada uno de los colectivos sociales y profesionales de una gran ciudad. Enhorabuena a todos.
En clave política, uno tiene la sensación de que siempre se puede hacer algo más.  La lealtad institucional en este estado se presupone, pero lo cierto es que no hay voluntad de diálgo y trabajo en común, y eso ya es irremediable.
Parte del Ejecutivo local, en su responsabilidad de Gobierno, debe quitarse ya el pijama y las pantuflas para acompañar a un alcalde que está tan solo como parece.
Desconocemos si Llorente, emulando al presidente del Gobierno, dispone de un grupo de expertos que le asesoran, y si así fuera prevén medidas a tomar una vez comencemos a ver la luz al final del túnel de esta crisis sanitaria.
En ese momento llegará (o quizás lo hecho ya) un grave conflicto económico que se traducirá en un problema social. Y aquí ya no valdrá poner parches como crear oficinas de ayuda, teléfonos gratuitos… y todas estas cosas. ¡Solo faltaría!
Sirva este mensaje también para una oposición que teletrabaja sin recibir información de lo que sucede ahí fuera. Y es que Llorente se ha reunido vía videollamada en tan solo dos ocasiones con los portavoces de los Grupos políticos municipales.
Solo la junta directiva de la Unión Empresarial de Leganés (UNELE) ha contado con semejante privilegio. Otra cosa es lo que les ha contado el alcalde: la música de siempre con melodía aún más triste… Tócala otra vez Santi.
Y ya que hablamos de nuestros representantes políticos, se echa de menos un gesto por su parte. Donar parte de sus garantizadas retribuciones como cargo público a la lucha contra el COVID19 y todo lo que esta grave pandemia conlleva, sería una buena forma de demostrar que #EsteVirusloParamosTodos  En esto –en no hablar del asunto- es en lo único que sí parece existir unanimidad.
Lanzo el guante al Portavoz de Ciudadanos, Enrique Morago, que bien podría emular a su homónimo de Boadilla del Monte, Ricardo Díaz, que ha solicitado al equipo de Gobierno local la creación de un fondo de ayuda a vecinos, comercios y empresas afectadas por la crisis del Covid-19 y dotarlo con la donación del 30% de las retribuciones de la corporación municipal.  En situaciones excepcionales es recomendable emular a la esposa del César.
Cierro lanzando un mensaje de felicitación a todos y cada uno de los excelentes periodistas locales que están volcados en trasladar toda la información derivada de esta crisis global. Alguno nos llama El Sindicato del crimen, a mí me gusta mucho más Los Mercenarios de la tecla. La suerte nos pillará trabajando.

domingo, 22 de marzo de 2020

#EsteVirusLoParamosUnidos

La crisis por la pandemia del Coronavirus está sacudiendo a nuestra ciudad hasta llevarla al extremo. 
La situación de Hospital Severo Ochoa refleja el colapso de nuestro sistema sanitario y se ha convertido en el principal punto de atención mediático y a su vez claro ejemplo de la profesionalidad y valentía de los profesionales sanitarios de la Comunidad de Madrid.
En una situación excepcional como la que vive nuestra sociedad, la administración local –la más cercana al ciudadano- debe responder con celeridad y proteger en la medida de lo posible a los colectivos más vulnerables no solo en lo sanitario, sino además en dar respuesta ante el reto social y económico que plantea una crisis de tal magnitud.
En esta primera semana de Estado de Alarma en nuestro país, desde el Gobierno local se ha actuado en tres frentes: donar material sanitario al Severo Ochoa, lanzar una campaña informativa para autónomos y PYMES y garantizar el servicio de comida para alumnos con beca de comedor y familias en riesgo de exclusión social.
Parece poca cosa, sobre todo para un Ayuntamiento saneado económicamente y con más de 40 millones de euros en la caja procedentes de varios ejercicios económicos con presupuestos prorrogados.
Sin embargo, la tendencia habitual de este ejecutivo no es otro que deambular en solitario, en clara paradoja con la campaña del Gobierno de la nación que bajo el lema #EsteVirusLoParamosUnidos pretende reforzar la idea de unidad y responsabilidad común.
Como muestra, la controvertida idea de habilitar un número de cuenta corriente desde el propio Ayuntamiento para canalizar posibles donativos económicos por parte de empresas y vecinos de Leganés, que se destinarán a adquirir material sanitario para el Hospital de referencia y los centros médicos.
Una ocurrencia que ha provocado numerosas críticas en redes sociales por parte de vecinos que entienden que el Consistorio debe tener y posee capacidad y solvencia económica para afrontar sobradamente este gasto. Otros, en cambio, aplauden la iniciativa.
La decisión de adecuar el polideportivo Carlos Sastre como posible hospital provisional para descongestionar los centros sanitarios tampoco ha tenido el efecto esperado, y es que finalmente el Ministerio de Sanidad y Comunidad de Madrid han optado por mantener como único hospital de campaña en la región de Madrid las instalaciones de IFEMA.
No es fácil afrontar una situación como la actual sin la ayuda de todos. Tomemos como ejemplo a los profesionales sanitarios, a los trabajadores que se baten el cobre ante la amenaza del COVID-19, a los fuerzas y cuerpos de seguridad del estado... 
La situación requiere respuestas consensuadas que emanen de la lealtad institucional y del compromiso de los distintos agentes políticos y sociales que están (estamos) dispuestos y preparados para hacer frente común sin fisuras.
No es momento de pasar factura y sí de trabajo en equipo. Es la hora de la mano tendida, tomen nota por favor… porque esta batalla la ganamos todos.