Entramos en la recta final de la legislatura y parece como
si a todos nos entraran las prisas. La incertidumbre del futuro político
posterior a unas elecciones provocan cierto desaliento que ayudan el florecer
de planes y proyectos muy típicos de estas fechas.
Sucedió en legislaturas anteriores y ahora se cumplirá la
tradición. A saber: la recuperación de la plaza de toros La Cubierta, el futuro
desarrollo urbanístico Sector 1 Solagua y el proyecto estrella Segunda Fase de
Leganés Tecnológico, un asunto este que aprieta -y mucho- el zapato del
Gobierno de la Comunidad de Madrid.
El ejecutivo regional puso sus ojitos en LEGATEC desde hace
tiempo y se antoja vital para sus planes de gestión presente y futura. Todos
ellos se encuentran sobre la mesa de un Gobierno local que deberá correr para
ejecutarlos en tiempo y forma.
Además, salvo el consabido negocio taurino que podría obtener
luz verde a través de la Junta de Gobierno, para llevar el resto a buen puerto,
el primer edil debe contar al menos con la abstención de uno de los tres Grupos
políticos de la oposición.
Los movimientos se intensifican en los últimos días pero
será complicado ponerle el cascabel al gato por mucho que se cierre un acuerdo
a tres o cuatro bandas. De momento, la respuesta en todos los casos es “NO”.
Llegados a este punto, surgen también en Leganés voces algo
más coherentes que entienden la necesidad de no tocar nada hasta se constituya
un nuevo status quo, donde las fuerzas políticas tradicionales sean capaces de
convivir con las que están por llegar o, al menos, por integrarse en la vida
política leganense.
Cierro hablando de la publicación de la aprobación inicial
de la nueva ordenanza para la instalación de estaciones de servicio. El periodo
de alegaciones acaba de abrirse y parece que los partidos políticos en la oposición
seguirán siendo cómplices de una ordenanza aún más restrictiva que la anterior. Ojo porque la Comisión Nacional de la Competencia ha vuelto
a poner los ojos en Leganés y este acuerdo subterráneo acabará por salpicar
judicialmente a casi todos. Estén atentos.
Y recuerden además que nadie sabe explicar cómo una estación de servicio lleva abierta más de 20 años en pleno centro cuando su propietario firmó un convenio urbanístico para entregar esos terrenos al Ayuntamiento de Leganés. Cosas del consenso político.