
Concluyó el primer Debate sobre el estado de la ciudad en Leganés. Experiencia positiva por lo que tiene de novedosa pero que ha aportado más bien poco al desarrollo de esta Gran Ciudad.
Tras la sorpresiva sesión de ayer –por su duración, se entiende- los distintos partidos políticos debían llegar hoy al Pleno con las pilas cargadas y una estrategia definida. Me atrevo a decir que en este apartado ha habido vencedores y vencidos por lo visto y oído.
El Partido Popular deja la sensación de que pudo hacer mucho más. Doce concejales dan para mucho, pero no se ha visto reflejado en la exposición de su portavoz, Jesús Gómez, quien debiera haber sido más contundente en su discurso. Era su oportunidad, sobre todo tras haber sido refrendado por las bases del PP que le dieron mayoritariamente su apoyo.
Los corrillos decían esta tarde que el PP –y principalmente su portavoz- quedaba tocado tras estas sesiones. No creo que sea para tanto, pero sí es cierto que deja un sabor agridulce por el mero hecho de no haber sabido aprovechar en un debate público los notables errores de gestión cometidos por el equipo de gobierno en los dos años de legislatura. Fallos que por otra parte incluso han destapado ellos en alguna ocasión, lo cual hace aún más palpable la escasa contundencia de su estrategia.
ULEG es otra cosa. Se ha convertido en el adversario número 1 del alcalde, Rafael Gómez Montoya, y esto no sé si es bueno o malo. Seguro que es positivo por aquello de que sigue adquiriendo un protagonismo que dispara su nivel de conocimiento entre los ciudadanos. Y eso ya es mucho.
Ha sido el primero en golpear con el tema de las facturas –mostrando una denuncia personal de Carlos Delgado a este respecto- y ha provocado la reacción del equipo de gobierno en la sesión vespertina ninguneando todas sus propuestas en base a un supuesto “defecto de forma”. Mentira. PSOE e IU han pactado “tumbar” las propuestas de los independientes y acercarse al PP en “unanimidades” que suenan a cantos de sirena.
Suele pasar. Siempre se ataca al que más se teme y, en este caso, la mayor oposición en Leganés tiene cuatro letras.
Hoy, el asesoramiento en comunicación, política y manejo del tempo del debate le han fallado a un Partido Popular donde su presidente y portavoz –quizá cegado por su recién estrenada presidencia- no ha sido capaz de poner contra las cuerdas la labor de gobierno.
Es el turno de Izquierda Unida, ese socio que no sabemos si viene o va. Lo cierto es que Raúl Calle ha sido la piedra de toque capaz de poner algo de cordura en un debate donde ya se hablaba incluso de las parejas ajenas. IU habló sus cosillas y poco más. Tampoco le interesaba mucho entrar al trapo, porque todos los golpes eran para sus compañeros de viaje, y bastante tienen con lo suyo. En fin, aprobado raspadito.
Ahora me toca hablar de Rafa. Ni se imaginan como estaban “sus” chavales este mediodía. Sólo les faltó descorchar un par de botellas de cava. Se sienten ganadores del debate y lo exteriorizaron sin temor alguno.
No es falso que el alcalde fuera más solvente que sus rivales. También es cierto que contaba con un aparato de gobierno que se aplicó en esta labor… ¿eso es trampa? Pero ojo, sigo diciendo que si el primer edil venció a los puntos fue más por demérito ajeno que por méritos propios.
Y es que a estas horas y tras analizar las intervenciones de unos y otros, sigo sin saber qué ha ganado Leganés tras celebrar el primer Debate sobre el Estado de la Ciudad de toda su historia.