martes, 28 de abril de 2020

Con música venceremos

La lucha del colectivo de familias de la Escuela Conservatorio de Leganés se ha convertido en el fenómeno social de la ciudad de los últimos meses. Su tenacidad -propia del ADN pepinero- recuerda a otras batallas sociales libradas en Leganés,  algunas lejanas y otras no tanto, que agitan nuestras conciencias y sacuden la  pasividad de la clase política local.

La música es el arte de organizar de forma sensible y lógica una combinación coherente de sonidos y silencios respetando la melodía, la armonía y el ritmo. Toda esa agudeza sensorial se ha dado de bruces en Leganés con el estruendo burocrático y la incapacidad de una administración limitada en solvencia, capacidad, recursos e iniciativa.

Y es esa desidia colectiva la que lleva a la desesperación a más de 800 familias de Leganés, cuyo único objetivo es una obviedad: que sus hijos reciban clases.

Esta simpleza no se cumple en una u otra medida desde hace varios años, pero este curso lectivo, la situación se ha visto agravada hasta el punto de que son más de 200 alumnos los afectados en algún modo por la falta de profesores en varias disciplinas.

A la escasez de personal docente debemos sumar becas para el alumnado que no se conceden, cancelación del servicio de mantenimiento y transporte de instrumentos y un vacío de Dirección de la Escuela Conservatorio que ha llevado a la deriva a una entidad que, a punto de celebrar su 50 cumpleaños, vive los peores momentos de su historia.

Para llegar a este punto partimos de un concierto público entre la administración regional y local, solapado por una impertinente ambigüedad administrativa.

Mientras la Escuela de Música (que imparte educación no reglada) es de titularidad municipal, la gestión de la Escuela Conservatorio de Leganés pertenece al sistema educativo de la Comunidad de Madrid como enseñanza reglada, pero es responsabilidad del Ayuntamiento el personal docente, la sede del edificio, los materiales y la ejecución de actividades. Un modelo similar al de Alcorcón o Móstoles, donde el “invento” funciona.

Pero claro, esto es Leganés, y topamos con un iceberg administrativo que lo para todo. Bueno, casi todo: el pago de nóminas de concejales y cargos de confianza se paga sí o sí, con reparo de Intervención incluido.

Y claro, todo eso me suena a mediocre excusa, y me temo que al AMPA de la Escuela Conservatorio también.  Un pretexto que este equipo de Gobierno verbaliza hasta la saciedad, como un mantra sagrado que les libra de toda responsabilidad y lanzan a los cuatro vientos para tratar de ocultar su pasividad o incapacidad según el caso.

Contratar a profesores es competencia municipal. Sustituir bajas laborales, por supuesto. Mantener los instrumentos, garantizar su traslado, organizar actividades, garantizar la enseñanza durante la crisis sanitaria…. Todo eso también. Y nada se cumple y mucho me temo que no se cumplirá.

Los expedientes que regulan la contratación de profesores van y vienen desde la Delegación de Cultura del Ayuntamiento hasta la de Recursos Humanos, sin encontrar un técnico municipal que arme los informes y aún menos una directriz política que regule el desconcierto.

Mientras, gran parte de los alumnos de la Rodriguez Sales reciben evaluaciones con asignaturas sin calificar, algunos desconocen si podrán pasar de curso, muchos otros temen que no obtendrán la calificación necesaria para acceder de la Escuela al Conservatorio, para trasladar su expediente a otro centro, etc, etc, etc.
Imagen: LEGANEWS 

Un dislate educativo que juega con la sensibilidad musical, artística y personal, y  que tristemente abocará a algunos de estos jóvenes a arrojar la toalla y dejar la música.

La lucha ha sido dura, deteniendo desde la cordura una falsa consulta popular o  protagonizando un encierro durante varias semanas que solo el Estado de alarma pudo cancelar. Den por hecho que el futuro augura aún muchos más movimientos reivindicativos

Como no hay mal que por bien no venga, en este caos gubernativo ha nacido una corriente cultural, familiar, vecinal, repleta de sentimiento solidario, de lucha colectiva, de voracidad informativa, capaz de hacer frente con sus trompetas, violas, saxos y clarinetes a todo un ejército de gigantes de traje y corbata incapaces de escuchar la melodía del pueblo de Leganés.

Sigan componiendo, por favor: ¡Con música venceremos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

La noticia que avanzas sobre la destitución de la arquitecta municipal por discrepancias con el PGOU que proyecta el gobierno de Llorente, nos da pistas sobre por dónde va el urbanismo local. Hoy, pocos Ayuntamientos y arquitectos apuestan por el modelo de urbanismo expansivo anterior al estallido de la burbuja inmobiliaria y las represalias a la arquitecta suenan a que esta profesional no acepta los criterios del gobierno y que pondrán a otro arquitecto que informe a la medida.
Parece que hay mucha prisa por sacar adelante el PGOU, y que es lo prioritario para Llorente, muy por delante de los efectos de la COVID-19 en la ciudad y de la situación del Conservatorio de Música. Lejos de verlo con el fatalismo de otros, pienso que es una oportunidad para que la oposición muestre de verdad si está a favor del interés general y en contra del urbanismo depredador, y también si defiende en serio el Conservatorio. La aritmética manda: son quince votos frente a doce.
Si la oposición es capaz de ponerse de acuerdo, aunque solo sea en el punto del orden del día sobre el PGOU, y votan en contra, obligan a Llorente a dejar el secretismo sobre el urbanismo y también a contratar a los profesores del Conservatorios inmediatamente. Esta es la única forma en que a Llorente se le aclararán las competencias sobre el Conservatorio.
Los de Cs dicen (esperemos que no se desdigan) que si los demás hacen lo mismo, ellos votan en contra. Si los que eran casi gobierno no votan a favor, menos inconveniente tendrán otros en oponerse a las iniciativas del gobierno local, se supone. Esperemos que la defensa del interés general de la que algunos tanto alardean no se quede en pura retórica.
Para este acuerdo sobre el PGOU se requiere mayoría simple y saldría adelante con la abstención de algún grupo, pero para la aprobación del Avance es necesaria la mayoría absoluta, es decir, los catorce votos como mínimo. Si se piensa votar en contra del Avance, mejor será adelantarse ahora y ahorrarle dinero al Ayuntamiento.