Aunque pueda
parecerlo, el titular de este post nada tiene que ver con una campaña solidaria
ligada al mundo del deporte.
El `kilo´ del que
hablamos es un millón de euros, cifra que el C.D. Leganés ha puesto sobre la
mesa para renegociar el convenio que la entidad y el Ayuntamiento de la
localidad mantienen en vigor desde hace años.
Tal y como avanzamos
en la última edición de LEGANÉS Al Día, la intención de los propietarios del
club era renegociar el convenio, actualmente cifrado en torno a los 362.000
euros más la cesión en exclusiva de las instalaciones municipales de Butarque y
campos anexos, cuyo coste de mantenimiento también asume el consistorio.
En principio, el
Ayuntamiento entendería que el convenio actual es más que suficiente para
cubrir las necesidades de la entidad leganense y ponen como ejemplo la
subvención que otras administraciones locales entregan a clubes de su misma
categoría. Sin embargo, tras la reunión mantenida en el día de ayer entre el alcalde
y club, el regidor señalaba que “el Ayuntamiento colaborará con el Club
Deportivo Leganés para cubrir, en la medida de lo posible, todas las
necesidades que requiere un equipo que competirá la próxima temporada en la
categoría de plata del fútbol español”.
Y añade Jesús Gómez que, “necesitamos contar con el compromiso y la colaboración de
todos los grupos”. Es decir, que el alcalde quiere que se moje todo el mundo… y
me da que no encontrará mucha oposición.
Porque si bien es
cierto que entregar un millón de euros a una sociedad anónima deportiva no es
muy lógico dado los tiempos que corren, no lo es menos el hecho de que el
ascenso del Lega supone una inyección económica y de imagen vital para la
ciudad…Veremos qué dicen el resto de entidades deportivas locales.
Otro tema candente en
la ciudad es la oposición que parte de los vecinos de La Fortuna, liderados por
la AA VV Nueva Fortuna, ha mostrado a la cesión de un local propiedad de EMSULE
a Cruz Roja Española.
El tema se las trae,
más que nada porque nadie hasta la fecha conoce en detalle el proyecto que el
organismo internacional pretende instalar en la calle Lisboa. Desde la entidad
vecinal dicen que el centro convertirá La Fortuna en un foco de indigentes o
algo parecido y han conseguido el compromiso de la oposición para solicitar
“revocar” el acuerdo de la empresa municipal por el que se cedió el local a la ONG.
Me duele por Cruz
Roja, por sus voluntarios y sus 150 años de historia. Pero duele mucho más el
hecho de que el Ayuntamiento no haya sido capaz de comunicar a sus vecinos en
qué consiste un proyecto tan noble como el que nos ocupa.
Y cierro con un tema
que aburre, porque siguen desde la caspa mediática pepinera intentando
ensuciar el nombre de quien firma este artículo y el medio que dirijo. Había prometido no dedicarles mucho más de mi tiempo, pero los morosos también deben tener su espacio.