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Leganés vuelve a ser de izquierdas. El
cinturón rojo de la zona sur madrileña regresa casi 20 años después y,
recordando viejos tiempos, elige obligatoriamente esta gran ciudad como uno de sus
bastiones más representativos. Vaya por delante mi felicitación.
El Partido Socialista local ha tendido la mano históricamente a Partido Comunista o Izquierda Unida para sumar fuerzas en gobiernos progresistas.
Por necesidad aritmética o no, PSOE e IU siempre estuvieron condenados a entenderse y, salvo el fallido intento de gobierno de 2007 -que derivó en la investidura de la Popular Guadalupe Bragado y la posterior moción de censura- la relación entre fuerzas de izquierda siempre acabó en suma de ediles.
Ahora, la
situación política y administrativa es bien distinta. El PSOE ha obtenido diez
concejales, un resultado que ha sorprendido a las propias huestes socialistas
que contaban con no más de 8 sillones en las cábalas más optimistas. Y ahora...
¿qué?.
La experiencia de
la última legislatura le susurra al oído al alcalde, Santiago Llorente, la
dulce posibilidad de formar un ejecutivo con una decena de ediles. ¡Qué
montón!. Y es que, si han sido capaces de sobrevivir a una intrépida legilatura
con 6 más 1, imagínense de lo que serán capaces con esta terna de guerrer@s.
Dicho sea de paso, su equipo no es para tirar cohetes.
Al menos en lo que a experiencia política y de gestión se refiere. Aquí me paro
porque luego se me enfadan… y no es plan que esto no ha hecho ni comenzar.
Entretanto, el alcalde mira a su izquierda y lo que ve
le interesa poco o nada, porque aquí no hay sitio para tanta gente. La relación
con Podemos ( tres concejales) es nula y con Más Madrid Leganemos (dos ediles)
hay buen rollito, pero hasta ahí.
Fran Muñoz ya le ya le ha dicho a Santiago Llorente `by
phone´ y a través de nota de prensa que quieren ser y estar. ¡Vaya prisas! han
pensado en la cola de socialistas esperando puesto y cargo.
El caso es que fuentes próximas a Leganemos me cuentan
que les seduce el empleo y la vivienda… ¡Vamos ya!. A todos nos da por lo mismo: Pedimos a lo grande porque
“jugador de chica, perdedor de mus”.
Con estos mimbres, todo apunta a que la negociación va
a ser perder el tiempo y poco más. Espero equivocarme, pero no veo a nadie
ajeno a la Calle El Charco en un futuro gobierno local.
Enfrente, el Partido Popular buscará recomponerse de
otro duro golpe, recabando entre sus fichas gente joven capaz de recomponer los
restos del naufragio junto a Miguel Ángel Recuenco.
Por su parte, ULEG enarbolará (¿otra vez?) la bandera
de principal partido de la oposición, para hacer frente a un PSOE al que odian en
lo personal y detestan en lo político. Los de Carlos Delgado estan tocados pero
sus 15.000 votos les obliga y legitima a regenerarse, ya sea en
personas o ideas.
Ciudadanos, a lo suyo. Sin estar suman, pero su opción
de ser llave para alcanzar acuerdos se ha quedado en nada… y tampoco les preocupa.
Entró Vox, con menos de lo que esperaban y ahora su única
concejala tiene un ojo puesto en la Asamblea de Madrid. La Roca será para ella
un mal menor. Veremos.
Un placer contarles cosas de nuevo.
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