lunes, 10 de agosto de 2009

La vida sigue igual

Estoy en Madrid. Estoy en casa, aunque he de reconocer que aún no he querido dejarme caer por Leganés. Es como si uno quisiera prolongar unas vacaciones alejadas del mundanal ruido y de la alterada vida política pepinera.

Llego y con pereza limpio el polvo del portátil. A duras penas arranca. Ahí se ha mantenido más de 20 días. Los favoritos del Explorer me devuelven a la cruda realidad. Miro, repaso y veo que La Vida sigue Igual… o casi. Y es que hay cosas que parece no cambiarán nunca.

La página Web municipal está missing, y la noticia es que ya no es noticia. La prensa apenas resiste la inactividad que provoca el mes de agosto y los blogueros han decidido darse un respiro. La actualidad de este mes pasa una vez más por las fiestas patronales y la ya tradicional imagen de Rafael Gómez Montoya y Alarico Rubio paseando por el recinto ferial. Es como si fueran amigos.

El pregón del próximo jueves y la inauguración “oficial” de las respectivas casetas nos dejarán estampas curiosas, como ya ocurriese el pasado año. Con la dirección del PSOE local apagada o fuera de cobertura, el alcalde de Leganés aprovecha cualquier ocasión para sumar puntos ante el secretario del PSM, Tomás Gómez, y de paso echarse una foto para que les “pique” aún más a sus adversarios internos.

Con todo, el tedio estival podría haber tendido puentes a sorprendentes reconciliaciones. Y no hablo sólo de políticos.

Y es que superado el ecuador de la legislatura, el próximo ejercicio político será clave en el futuro de la ciudad. Pero eso se verá, como casi todo, a partir de septiembre.

Mientras, disfruten de sus Fiestas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿A qué reconciliaciones te refieres que no sean entre políticos? ¿La prensa? ¿Algún poder fáctico, quizá?

Anónimo dijo...

Creo que las reconciliaciones de las que habla Gasco son las de Carlos Delgado y Jesús Gómez con el ladrillo, para que Calle pueda cumplir sus compromisos con su ladrillero favorito y recalificarle todo el suelo. Pero me parece que la necesidad les hace ver espejismos, tanto a Gasco como a Calle como al propio ladrillero.