Esos personajes de raza aborigen escandinava, dotados de enormes orejas y narices, han servido de inspiración para calificar como troll a aquella persona que, en la red, sólo busca provocar a los usuarios o lectores, creando controversia, causando reacciones predecibles, especialmente por parte de usuarios novatos, con fines diversos, amparándose en el anonimato, por supuesto.
Lo que dice wikipedia nos sirve para llegar hasta el nacimiento del que vengo a denominar como troll pepinero. Estamos hablando de un ser que come (mucho), habla demasiado, piensa (poco) y es capaz de asimilar diversos colores en su pelaje, desde el verde, hasta el rojo y, pasando por un azul esperanza. ¡Ah, no! Que ese era el verde.
El asunto es que todos ellos siempre buscan un fin en sus intervenciones: casi nunca para divertirse y casi siempre para obtener un rendimiento ya sea mediático, político, social o incluso personal.
El troll pepinero en internet, como el convencional, es capaz de interrumpir o desviar los temas de las discusiones. En Leganés triunfa el grosero, el ofensivo. Entiende este aborigen que sus provocaciones, mentiras y amenazas veladas conseguirán confundir o provocar la reacción de los demás, y en ocasiones hasta llega a conseguirlo.
Pero es más, en nuestra localidad se unen para actuar en grupo en busca de un mismo efecto. Aunque inicialmente sus intenciones eran colocar a alguien en primera línea mediática y política, una vez conseguidos sus primarios objetivos, han derivado en oscuras y dañinas artimañas para desprestigiar al adversario. Y aquí ya vale todo.
Se ha dado la circunstancia de que un troll ha sido víctima de otro troll. Esta semana, sin ir más lejos.
Quizá usted, estimado lector, haya sido en alguna ocasión víctima de un troll de internet, como quien les escribe. Un consejo de quien tiene las espaldas anchas: no intente debatir nunca con un troll, es inútil. Si le insulta, ni se inmute. Si se expanden por redes sociales para provocarle, ni caso. Lo único que los trolls no pueden aguantar es que se les ignore.
Y tengan cuidado, están ahí fuera.