La batalla electoral ya tiene protagonistas en Leganés. Los tres grupos políticos con representación en la corporación han movido ficha, presentando a los que serán sus respectivos cabezas de lista para las próximas elecciones municipales de mayo de 2007.
Comencemos por el PSOE. El diputado regional Rafael Gómez Montoya será el encargado de sustituir a José Luis Pérez Ráez en el bando socialista. La elección de Montoya ha estado salpicada por continuos enfrentamientos entre las dos corrientes que pugnan por liderar la Agrupación Socialista de Leganés. El sector crítico –y mayoritario- abogaba por Luciano Represa, ex concejal de hacienda en el consistorio leganense, y hasta la fecha director de hacienda del Ayuntamiento de Alcorcón. La facción socialista liderada por el actual edil de personal, Santiago Llorente, llevaba mucho tiempo exigiendo a Ráez que dejara su sillón, pero no han sido capaces de frenar el último "decreto" de este "dinosaurio" de la política local. Y es que Ráez, avalado por Rafael Simancas, líder del PSOE en la Comunidad de Madrid, ha dejado su sitio a Rafael Gómez Montoya sin abrir un proceso de diálogo interno.
Llorente y compañía, avalados por las firmas de 800 afiliados de Leganés, piden Primarias a gritos, pero en el PSM ya está todo decidido y sólo un milagro podría hacer que Simancas diera marcha atrás.
El continuismo está asegurado, pero la figura de José Luis Pérez Ráez es alargada y parece claro que Montoya no será capaz de mantener los votos socialistas de las pasadas elecciones. Unos resultados que, por otra parte, no fueron ni mucho menos satisfactorios y que obligaron a pactar con una Izquierda Unida en sorprendente línea ascendente.
IU
En este punto entra en escena un grupo, el de IU, que hace ya meses presentó a su actual coordinador local, Raúl Calle, como candidato a la alcaldía. Un Calle que ha sido el primero en hacer los deberes presentando la lista de la coalición para los comicios locales. En ella, dos significativas ausencias: Mariano Maroto, concejal de obras y servicios comunitarios, y Rosario Peña, edil de deportes, se caen de una lista donde se echa en falta una mujer entre los tres primeros puestos. Tanto Maroto como Peña y la expulsada Carmen González (por su agresión a un asesor de IU), eran los últimos vestigios de la etapa de Eduardo Cuenca.
El ex coordinador y actual senador y diputado regional, dejó su semilla en la organización, pero los afiliados han decidido renovarse. Una nueva situación para nada ajena a las críticas de los que salen, quienes han llegado a tildar de irregular el proceso de elección de nuevos cargos locales.
Ahora, Alarico Rubio (concejal de Educación) y José Castejón (coordinador del grupo municipal) arropan a un Raúl Calle que aspira a, cuanto menos, repetir los cinco concejales conseguidos en las pasadas elecciones. Todo apunta a que Izquierda Unida volverá a tener la "llave" del gobierno local. Ahora bien, ¿cuál será el protagonismo de IU en las próximas elecciones? ¿Será capaz de acaparar los votos de los "insatisfechos" del PSOE? ¿Darán mucho la lata los "apartados" de la organización?. Son las preguntas del millón, unas cuestiones que también se plantea en estos días Guadalupe Bragado, candidata del Partido Popular a la alcaldía de Leganés.
PP
Guadalupe repite candidatura con la experiencia de tres años en la corporación, y las grietas internas provocadas por la querella interpuesta por Pilar Almonacid, de la que mucho se habló hace unos meses y de la que todo el mundo parece haberse olvidado.
La intervención de Francisco Granados, uno de los pesos pesados del PP regional, aleccionado –suponemos- por la presidenta Aguirre, sirvió para calmar ánimos, aunque el peaje fuese el retracto y disculpas de Guadalupe Bragado (en público y en privado). Ahora, en el PP se centran en echar el resto por seguir subiendo. Cinco concejales les separan de la alcaldía, una cifra que, salvo descalabro general de la izquierda, les va a ser inalcanzable.
Aún así, en política cosas más raras se han visto. Además, parten del optimismo de los pasados comicios cuando una casi desconocida en el mundillo de la política local, como Bragado, venció en las urnas al hasta entonces intocable Pérez Ráez. Bragado apunta fuerte, se remanga, y es capaz de medirse cuerpo a cuerpo con quien haga falta.
Lo cierto es que le sobra carácter, pero mucho debe correr para ofrecer un programa electoral de garantías. Quizá su mejor arma sea la guerra interna del PSOE, pero no debe olvidarse que al vecino sólo le importa mejorar su calidad de vida, y eso pasa por unos impuestos adecudados, poder acceder a una vivienda, solucionar el problema del aparcamiento, mejorar la limpieza de calles, fomentar las relaciones con vecinos inmigrantes, etc, etc.
Por último, por segundo año consecutivo se suma a la batalla electoral el partido ULEG, unos jóvenes independientes que aspiran a sumar un acta de concejal. Difícil, muy difícil lo tienen, pero ilusión no les falta. Muchos llevan casi cuatro años intentando descifrar qué se esconde tras ULEG, quién mueve sus hilos, pero sigue sin encontrar respuesta: ¿Vocación política?... Si es así, bienvenida sea. Si no lo es, mal vamos.
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