La pasada semana, el administrador de una de las empresas patrocinadoras de la Fundación Leganés para el Deporte se llevó un pequeño susto. No es para menos.
La Policía local se personó en sus instalaciones, ubicadas en un polígono industrial de la localidad, procediendo al precinto de las mismas.
Al parecer, desde el área de Industrias se dictó un requerimiento para llevar a cabo la sanción en base a una serie de irregularidades administrativas cometidas por la dirección de esta empresa. La burocracia es lo que tiene… que si no cumples con ella van y te cierran el `chiringuito´.
Imagínense la reacción de los que mandan en Leganés. ¡Cómo vamos a precintar una empresa colaboradora con el Ayuntamiento! ¿Acaso nos hemos vuelto locos?
Los teléfonos echaban humo. En apenas 24 horas quedó solventado el asunto: papeles en regla, precinto levantado y los trabajadores regresan a su puesto de trabajo.
Por cierto, mis amigos de la Fundación se reunieron en la última semana del año para charlar de sus cosas con unos patronos que, como advertimos en su día, son meras comparsas en este invento. Ahí manda quien manda y lo demás son zarandajas.
La Fundación, que en 2008 ingresó 300.000 euros y apenas destinó a los clubes 40.000, prevé reducir sus ingresos para este año, aunque me consta que desde alcaldía andan buscando un par de nuevos benefactores.
El tema es que en esa reunión, aparte de aprobar la entrada de seis nuevos patronos (uno de ellos el presidente del C.D. Leganés, Rubén Fernández), se aceptó “la modificación del contrato mercantil de outsourcing suscrito con Javier Callejo Caballero”.
No se asusten. Los honorarios por la gestión seguirán siendo los mismos (8.450,00 € más IVA al mes); lo que sucede es que la Comunidad de Madrid denegó la inscripción en su Registro a la Fundación leganense porque “el cargo de Director General debe ser provisto inexcusablemente con contrato laboral de alta dirección”.
Teniendo en cuenta que el Director General firmó un contrato mercantil con la Fundación, ahora se ven obligados a “renombrar” su cargo. Desde ahora, Javier Callejo pasará a ser Gerente, un puesto que según explican en el escrito de modificación “no precisaría inscripción registral al no ser cargo estatutario”.
Es un mero formalismo, ya que la misiva advierte de que “mantendrá sus funciones”. Sin embargo, sí hay algo que me provoca cierta inquietud y es que, según avisan, “el cargo de Director General ahora queda vacante”. ¿Pondrán un anuncio en el INEM?.
1 comentario:
Los honorarios de Callejo no pueden ser los mismos porque el contrato de alta dirección es un contrato laboral de carácter especial que conlleva alta en la Seguridad Social, pagas extras, y derecho a indemnización cuando cese, indemnización que no está sujeta a los topes que el Estatuto de los Trabajadores establece para todos los trabajadores en general, y en los casos de los contratos de alta dirección es la que lbremente establezcan en el contrato.
Me temo que Callejo como los gerentes de las empresas municipales lo que intentará es renegociar la indemnización y que le sigan dando alguna gerencia (como en Emsule, que lo hicieron gerente de urbanismo), o convertirse en funcionario municipal del grupo A.
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