El pasado mes de octubre se cumplió un año de la reelección de Laura Oliva como Secretaria general de la Agrupación Socialista de Leganés. En este periodo el partido ha vivido una situación de calma tan sólo interrumpida, allá por el mes de marzo, por el cese por parte del alcalde, Rafael Gómez Montoya, de cuatro cargos de confianza del Ayuntamiento, todos ellos del núcleo cercano a la Secretaria general.
El movimiento de Gómez Montoya fue un ataque frontal al liderazgo de Oliva… y salió victorioso.
Ni tan siquiera el Secretario general del PSM, Tomás Gómez, valedor de la actual líder leganense, fue capaz de hacer entrar en razón al primer edil. Entre otras cosas porque no tuvo firmeza para requerírselo formalmente (tan sólo lanzó tibios mensajes de reparación a través de los medios de comunicación).
En este periplo, la Agrupación ha intentado salir del bloqueo al que estuvo sometida por la anterior gestora planteando diversas actividades dirigidas tanto a afiliados como a ciudadanos de a pie: reuniones con el Grupo municipal, mesas informativas, conferencias, encuestas, etc.
Aún así, a nivel interno, los socialistas de Leganés mantienen su fractura ya casi histórica: por un lado los Montoyistas y por otro el sector crítico (ahora manejando el aparato).
Sin embargo, las cosas están cambiando. Parece que unos y otros no están tan lejos como pudiera pensarse, o al menos han dado un primer paso de acercamiento y diálogo. Conversaciones entre las cabezas visibles de ambas facciones que incluso han llegado a compartir mesa y mantel.
La excusa era la próxima designación de directores generales según establece el ROM, pero también se habló de presente y futuro.
La noticia ya no está en los interlocutores, ni tan siquiera en los asuntos a tratar, sino en el ausente, la gran ausente diría yo: Laura Oliva. El PSOE de Leganés se sienta a hablar sin contar con la actual Secretaria general. Algo se cuece.
4 comentarios:
Tengo la impresión de que este post se ha escrito por encargo de Montoya.
Pienso que fue un encuentro privado (o no oficial) y se le quiere dar otra dimensión. Que Montoya quede a comer con representantes de los críticos, y que hablen de lo divino y de lo humano, de ahí no se deduce que Montoya sea el líder indiscutible (su prestigio está por los suelos) ni que Oliva se tenga que dar por excluida, por no asistir a una comida.
Creo que Montoya confunde los deseos con la realidad, y que este post tiene mucho de publirreportaje por encargo, presentando una realidad que sólo está en la imaginación de Montoya.
Que el ROM establezca la posibilidad de nombrar Directores Generales, eso no equivale a la necesidad de nombrarlos. Aquí la excusa es el ROM para crear varios puestos de cargos de confianza con altos sueldos seguramente innecesarios, que parece que es lo único que interesa, ver la manera de arrancar más dinero de los presupuestos para pagar favores o asegurarse la lealtad de más gente. Intuyo que se seguirá la misma táctica que con los nombramientos de anteriores cargos de confianza: primero se crea el cargo y después se intenta darle algún contenido, aunque sea aparente. Es crear el órgano antes que la función, que es justo lo contrario de lo que se debe hacer.
A mí también me huele este post a dictado de Montoya, es lo que hay.....
laura está floja, muy floja,
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