
Leganés ha vivido hoy el penúltimo episodio de su particular `vía crucis´ político, un largo camino hacia ninguna parte. El
Pleno que ha debatido la moción de censura contra Guadalupe Bragado ha sido de todo excepto eso. El Partido Socialista ha mantenido el discurso de la censura a “la política que emana del gobierno local” –una frase que se ha aprendido de memoria el nuevo alcalde-, aunque hoy ha enriquecido su discurso criticando los 21 días de gestión de la ya ex alcaldesa.
Excusas. PSOE e IU cometieron el pasado 16 de junio un error gravísimo: jugaron con la voluntad política de una ciudad y sus votantes. Desde ese día, sólo la rectificación pública les hubiese salvado de la quema. Únicamente entonar el `mea culpa´ y asumir responsabilidades ante los que confiaron en ellos y sus formaciones políticas les podría haber concedido alguna posibilidad para salvar `lo suyo´ con dignidad.
Sin embargo, la solución pactada fue la contraria. PSOE toma las riendas e IU calla. Para apagar el fuego, convocaron a dos bomberos con experiencia: Manuel Robles (alcalde de Fuenlabrada y miembro de la gestora del PSM) por un lado; Carlos Penit (concejal de Pinto y miembro de la regional de IU) por otro. El buen rollito hizo el resto. No hay nada mejor que llamar a los mayores para solucionar los problemas de los chavales. Todo solucionado. Sólo quedaba la última función.
Esa despedida, que no cierre, la hemos vivido hoy los pocos que hemos podido saltar el cordón policial montado a las puertas del consistorio.
Rafael Gómez Montoya, en su puesto. Yo seré alcalde y lo demás no viene a cuento. Que si Leganés es de izquierdas, que si el PP ha hecho auto bombo en estos 21 días, que si se ha apropiado del trabajo del anterior equipo de gobierno…
Guadalupe Bragado, más llorona que de costumbre, leyó un previsible discurso, amparado en la lucha de poder librada por sus adversarios políticos
Raúl Calle intentó aclarar el porqué ahora sí y antes no. “Ahora hay un programa consensuado y firmado”, explico, “ahora sí”. Parece claro que la confianza mutua no reina ni reinará entre los socios de gobierno.
Carlos Delgado fue la excepción al común despropósito. Su discurso fue el más razonable y razonado, aunque lo tenía fácil ante tanta incoherencia política por metro cuadrado.
Los portavoces de PSOE y PP, pues más de lo mismo. Ni merece la pena.
A partir de ahí, la calle tomó el protagonismo. Parece como si se estuviese esperando esa chispa que provocase desagradables incidentes. Es lamentable, pero en eso han convertido esta ciudad sus gestores. Al final, todo se quedó en insultos, empujones y desagravios.
Testigo directo de lo sucedido en el día de hoy, me quedo con innumerables detalles que apunté en mi libreta o mi memoria y que intentaré contarles en pequeñas dosis.
Rafael Gómez Montoya es proclamado alcalde y se funde en un efusivo abrazo con su actual portavoz y compañero de penurias: Antonio García. ¡Ah! ¿Saben lo que le toca a García?... Premio: EMSULE.
El resto de concejales de PSOE e IU felicitaron al nuevo primer edil con mucho menos fervor, casi a regañadientes.
Otra: en la reducida zona habilitada para el público en el Salón de Plenos, cohabitaron gentes de toda condición política, pero igualmente implicados directamente en el asunto. Desde ediles populares, hasta afiliados de IU, pasando por los alcaldes socialistas de Fuenlabrada, Parla, Getafe y Alcorcón, que llegaron al Ayuntamiento como si fueran los Reservoir Dogs de Tarantino. Sólo les faltaban las gafas de sol y algunos centímetros.
Más cosas. Ya en la plaza vi a todo un ex concejal socialista enardecido, arengando a las masas, coreando consignas contra los populares y criticando al edil de ULEG al salir del Pleno. Como lo leen.
Curisoso fue también ver como la ya ex primer edil se asomaba a su despacho y saludaba a sus seguidores desde la ventana del segundo piso. En 21 días se ha asomado más a saludar que Pérez Ráez en dos legislaturas.
La última es de traca. Apareció Rafael Simancas. Lo de este hombre no tiene parangón. Pero... ¿no le ha dicho nadie que se quede en casa un tiempecito?. Pudimos verle en alcaldía, donde incluso llegó a fotografiarse con el recién estrenado alcalde. Esa foto vale, y mucho. Eso es valor y no lo de José Tomás.
Leganés no se merecía esto. ¿Hay espacio para la mejoría o siempre puede ir a peor?.