
Según han advertido desde varios medios de comunicación, el objetivo de Gómez es “controlar” a sus diputados y evitar que “nadie diga nada sin que él lo autorice”. Si esto es el nuevo socialismo… mal asunto.
Lo cierto es que Gómez no ha tenido un debut afortunado al frente de los socialistas madrileños. Su propuesta de eliminar el impuesto de patrimonio ha contado con numerosos detractores en el seno de su partido.
Ahora, esta información vuelve a dejar en entredicho el talante político del nuevo líder socialista y, sobre todo, su capacidad para zanjar una crisis que sigue abierta.
Analizando este asunto, comprobamos ciertos paralelismos con la situación que vive el Ayuntamiento de Leganés presidido por el también socialista Rafael Gómez Montoya.
La crisis de la Agrupación Socialista de Leganés está más candente que nunca, aunque el alcalde intente hacernos creer lo contrario. Los cuatro concejales `rebeldes´ siguen sin asumir su delegación. Montoya no acepta sus condiciones y continúan `en la nevera´. ¿Hasta cuando? Ahí va una pista: no se pierdan el próximo Pleno municipal, podría haber de nuevo sorpresas.
Tomando como referencia al líder regional y el control sobre lo que dicen unos y otros, el alcalde pepinero ha prohibido a la Policía local emitir información a la prensa sobre sus actuaciones en la ciudad. Desde hace siete u ocho años, un portavoz municipal hacía llegar a los medios locales que así lo solicitaban las actuaciones que, en materia de seguridad, podrían interesar a los vecinos. Montoya lo ha cortado de raíz.
En esta línea de trabajo, Rafa Gómez ha nombrado un director de Comunicación. El nuevo responsable, ex técnico de bibliotecas en el Ayuntamiento, ya ha mantenido varias reuniones con miembros de las distintas delegaciones para asumir un trabajo que hasta la fecha controlaban otros responsables de las distintas áreas. El alcalde no quiere que se le escape nada y ya tiene a su `machaca´, -como diría el portavoz de ULEG.
Más difícil será imitar al secretario del PSM en “evitar que nadie hable sin su autorización”. Entendemos que los ediles de Izquierda Unida harán lo que les parezca –si es que algún día se deciden a hablar-, y los cuatro díscolos del PSOE están como locos por sacar la lengua a paseo, y no precisamente para hablar lindezas del alcalde.
Mucho, mucho trabajo tiene por delante el nuevo director de comunicación, que suponemos controlará la empresa municipal LEGACOM, una compañía pública que mantiene a su gerente, a pesar de los rumores que hablaban de su cese o despido, nunca dimisión.
Una última cosa. Desde aquí recomendamos al responsable de la comunicación institucional sacar al alcalde de su despacho y `enfrentarle´ a los medios. Se echan de menos las ruedas de prensa semanales del anterior primer edil.
Prometemos ser buenos.